A través del establecimiento de meticulosas y obsesivas metodologías de búsqueda, recolección, selección, clasificación, catalogación y manipulación de materiales por demás heterogéneos, el trabajo de Gabriel de la Mora explora la finitud y la permanencia, el paso del tiempo, la suspensión del mismo, y la transformación tanto dela materia como de la energía. Los materiales con los que el artista lleva tales ideas al límite provienen de un contexto cotidiano e inmediato, buena parte de ellos podrían incluso ser calificados como desechos: elementos naturales, artefactos y antigüedades, partes de máquinas que han devenido obsoletas, objetos utilitarios cuya función ha sido cancelada y diferentes elementos arquitectónicos. Los resultados abarcan distintos formatos y suelen jugar con las nociones preestablecidas de dibujo, pintura y escultura.Caracterizados por su potencia visual, estos cuerpos de obra complican a la vez distintos términos teóricos e históricos del arte (el ready-made, el objet trouvé, el monocromo, la pintura al aire libre), ironizan la estética minimalista y abstracta, e indagan sobre la naturaleza sempiternamente cambiante de lo pictórico. Por ejemplo, ¿puede la pintura originarse con el paso del tiempo y sin la intervención del artista? Esta aparente negación de la pintura y otros cuestionamientos ontológicos formulados por el cuerpo de obra de De la Mora se extienden a la creación artística en general: ¿cuándo surge y cuándo concluye la obra de arte? ¿Cuál es la función del artista dentro de este acto? De la mano de procesos metódicos y disciplinados en igual medida, Gabriel de la Mora ha constituido una práctica en la cual el rol del artista es resignificado: su labor no es crear ni destruir, simplemente transformar.
Gabriel de la Mora nació el 23 de septiembre de 1968 en la Ciudad de México, donde vive y trabaja actualmente. Cuenta con una Maestría en Pintura (2001-2003) por Pratt Institute, NY y con la Licenciatura en Arquitectura (1987-1991) por la Universidad Anáhuac del Norte, Ciudad de México. Ha sido becario Fulbright-García Robles, de la Fundación Jacques y Natasha Gelman, y miembro del Sistema Nacional de Creadores (2013-2015) del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes-FONCA.
Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas en México y en el extranjero, entre ellas: Fundación/Colección JUMEX, Museo de Arte Contemporáneo Internacional Rufino Tamayo, Museo de Arte Carrillo Gil, Museo Universitario Arte Contemporáneo-MUAC y Museo de Arte Moderno, Ciudad de México; Museo Amparo, Puebla, México; Museum of Contemporary Art-MOCA, Los Angeles, California; The Museum of Fine Arts, Houston, Texas; El Museo del Barrio, NYC, Nueva York; Albright-Knox, Buffalo, Nueva York; Perez Art Museum, Miami, Florida; Speed Art Museum, Louisville, Kentucky; Centro Gallego de Arte Contemporáneo, Santiago de Compostela; Colección Banco de la República and Museo de Arte Moderno de Bogotá, Bogotá; Museo de Arte Latinoamericano-MALBA, Buenos Aires.
Es representado por PROYECTOSMONCLOVA (Ciudad de México),PERROTIN (París, Nueva York, Seúl, Tokio, Shanghai y Hong Kong), Timothy Taylor (Nueva York, Londres), Sicardi Ayers Bacino (Houston) y Simões de Assis (Curitiba, Brazil)
Guo Pei (b. 1967), China’s first couture artist, combines Chinese cultural heritage with international elements and artistic expression. Guo’s astonishing runway collections have impressed fashion and art audiences alike for almost 30 years. Presenting the first major exhibition of Guo’s work produced in China, M+ will showcase Guo’s key collections and early designs, highlighting her unique career connecting China and the rest of the world and the cultural symbols created through her sophisticated and visually dazzling practice. Working with the couturier and her studio, the exhibition presents a selection of garments shown to audiences in the region for the first time, creating a layered dialogue with the M+ Collections around visual imagination and workmanship. The exhibition foregrounds Guo Pei’s unique artistic style that resonates with imperial Chinese dress etiquette, European royal fashion, architecture, and the botanical world.
Helen Escobedo, Ángela Gurría, Aydeé Rodríguez López, Noé Martínez, Gabriel de la Mora, Hilda Palafox, María Sosa, Eduardo Terrazas, Germán Venegas.
La Maison de l’Amerique Latine
217 BD Saint-Germain, 75007 Paris, Francia
https://www.proyectosmonclova.com/fairs
https://mira-artfair.com
At their core, creating and looking at works of art are acts of care, from the artist’s labor to the viewer’s contemplation and appreciation. Storage, conservation, and display are also ways of tending to art. This exhibition invites visitors to explore how contemporary artists trace and address concepts of care through their materials, subjects, ideas, and processes.
More than 100 works from the MFA’s collection—including recent acquisitions and objects that have never been on view before—define, depict, and demonstrate many forms of care through five thematic groupings: threads, thresholds, rest, vibrant matter, and adoration. Gisela Charfauros McDaniel’s portrait of her mother, Tiningo’ si Sirena (2021), moves between intimacy and an attentiveness to larger concepts that are meaningful to the artist, like cultural inheritances and ecological interconnectivity. For his Sound Suit (2008), Nick Cave extended the lifespan of discarded objects by transforming them into a surreal, otherworldly costume that asserts the value of Black life. The intensive time and labor that goes into creating textiles and fiber art is evident in examples by Sheila Hicks, Howardena Pindell, and Jane Sauer. Through these works and many others visitors can consider how different forms of care may inspire new models for living and feeling—now and in the future.
https://www.mfa.org/exhibition/tender-loving-care
Gabriel de la Mora, Eduardo Terrazas, Germán Venegas, James Benjamin Franklin, Georgina Gratrix, Josué Mejía, Tercerunquinto
BOOTH 318
05.09.2024 – 08.09.2024
Javits Convention Center
429 11th Ave, Nueva York, NY 10001, US
FRIEZE SEOUL 2024
Gabriel de la Mora, Eduardo Terrazas, Yoshua Okón, Hilda Palafox, Alejandra Venegas, Edgar Orlaineta
BOOTH C03
04.09.2024 – 07.09.2024
COEX Center
513 Yeongdong-daero, Gangnam-gu, 06164, Seoul
The Aspen Art Fair at the Hotel Jerome and 74tharts are thrilled to present A Place for Us, an expansive group preview exhibition curated by Laura Smith Sweeney of LSS Art Advisory. Opening on June 25th, the show features artworks by 12 artists working in a variety of media, from pulped law textbooks to blown glass. The artists, represented by Southern Guild, Patron, Praise Shadows and Perrotin, which will participate in the Aspen Art Fair, include Iván Argote, Jamal Cyrus, Gabriel de la Mora, Leslie Hewitt, Samuel Levi Jones, Caroline Kent, Zanele Muholi, Jean Shin, Yuri Shimojo, Stanislaw Trzebinski, Liat Yossifor, and Luyanda Zindela.
Gabriel de la Mora @ Art Monte Carlo Booth D4 / PERROTIN
July 6 – 7, 2024
Perrotin is pleased to return to artmonte-carlo with a selection of works by artists from the gallery’s roster including Daniel Arsham, Jean-Marie Appriou, Julian Charrière, Johan Creten, Gabriel de la Mora, Mathilde Denize, Jens Fänge, Laurent Grasso, Gregor Hildebrandt, JR, Gérard Schneider, Shim Moon-Seup, AYA TAKANO and Xavier Veilhan.
Art Paris Art Fair Booth B5 / PERROTIN
Grand Palais Ephemere, Champ-de-Mars
04 – 07 Abril 2024
GABRIEL DE LA MORA @ DALLAS ART FAIR BOOTH F2 PROYECTOS MONCLOVA
Booth F2
04.04.2024 – 07.04.2024
Fashion Industry Gallery
1807 Ross Avenue, Dallas, Texas 75201
UPCOMING EXHIBITION
GABRIEL DE LA MORA: ÉLAN VITAL /SOLO SHOW / PERROTIN, PARIS
MARCH 9, 2024 – APRIL 6, 2024
Gabriel de la Mora: FRAGMENTXS
TIMOTHY TAYLOR LONDON
1-30 SEPTEMBER
El artista es el autor que desaparece…
Gabriel de la Mora
Yo dibujo estas letras como el día dibuja sus imágenes y sopla sobre ellas y no vuelve
Escritura, Octavio Paz
El poeta es un creador que desaparece detrás de su obra, dice Octavio Paz, esta condición es necesaria para que sea el lector quien complete el poema, pues las imágenes solo pueden interpretarse libremente cuando se han separado de su autor. Paz piensa con Heráclito que es el logos mismo que se manifiesta en el poema y a través de su materia no se expresa la subjetividad individual del autor, sino la voz de toda la humanidad. De manera análoga, en las obras que componen la serie El sentido de la posibilidad, de Gabriel de la Mora, el artista cede su lugar a la naturaleza que actúa, literalmente, sobre los lienzos.
Estas obras fueron concebidas como una respuesta al deterioro ambiental provocado por nuestras actividades industriales y extractivas. Durante una visita a Monterrey, en septiembre de 2015, De la Mora documentó la desaparición paulatina del cerro de las Mitras, donde se encuentran yacimientos de materias primas para la fabricación de cemento. La serie está compuesta de paisajes y marinas adquiridas en mercados de pulgas y antigüedades –piezas decorativas, de autores olvidados o desconocidos, quizá resultado de cadenas de producción casi industriales–, que fueron expuestas a la intemperie por distintos periodos de tiempo.
El proceso invierte el sentido de la pintura al aire libre: esa figura idílica del pintor en el campo que la cultura popular tiende a considerar como el intento máximo para capturar la esencia del paisaje. Aquí la naturaleza se impone sobre las piezas: el viento, el sol, la humedad, el granizo y los cambios de temperatura actúan sobre ellas para transformarlas. Han dejado de ser una representación del paisaje para convertirse en un indicio de la presencia de la naturaleza y sus efectos. En ellas se manifiesta la tensión entre la práctica de la pintura con su pretensión de eternidad –la imagen que fija el instante para detener el tiempo, la técnica que ha desarrollado los materiales que tratan de evitar la decadencia del objeto pictórico– y el deterioro causado por el transcurso del tiempo, una erosión lenta, casi imperceptible que nuevamente ha sido pausada y estabilizada.
La imagen pictórica es un instante cargado de subjetividad que De la Mora convierte en un dispositivo al servicio de la memoria, entendida, según el filósofo Manuel Cruz1, como una mirada humana sobre el mundo, como un instrumento para ver la realidad de otra manera. Sin embargo, el procedimiento que ha usado el artista produce un doble negativo, cada una de estas piezas es la representación de un paisaje que ya no está, y a la vez es una representación que desaparece: es el recuerdo borrado de una ausencia señalándonos que la memoria está siempre al borde del olvido.
Eric Nava Muñoz
https://portal.ucol.mx/dgpc/Pinacoteca-Universitaria.htm
The Philadelphia Art Alliance at University of the Arts is pleased to present one-person exhibitions by Gracie Devito, Merlin James and Gabriel de la Mora that revolve around a new sensibility of abstracted landscape. These three global artists have never exhibited in Philadelphia before. Each has arrived at these works from individualized tactics that variously confront the history of representation while acknowledging the materiality and construction of images.
Gracie DeVito’s paintings come from a history of performance. Her paintings have the effect of the fairy tales limned by Nabis painters; their rippled edges betray their origins, often painted on utilitarian painter’s cloth instead of artist’s linen. Yet they have none of the aura of Arte Povera, and it is DeVito’s elegant sense of color that elevates the work. The paintings are accented with brilliant punctal passages—daubed, stained and drawn back into with coy figurative and vegetal references. DeVito balances (in)formal shape concerns with elements of schematic depictions surrounding most works by sinuous frames that capture and echo the support’s contours. They are somewhat whimsical without deceiving the viewer.
The paintings of Merlin James are also subtly radical in their own terms. His personal color sensibility is at times solemn, at others brightly exuberant. He works on a variety of surfaces whose textures have a great effect on his paint touch and attack. In some works, the stretcher bars may be visible through translucent supports. In other paintings, the outside contour of the canvases bows away from traditional rectangular modes. James often physically pierces the picture plane with the negative space punctuating towards pictorial ends. Neither wholly figurative nor adverse to abstraction, James, in effect, advances Western representational canon while deconstructing its illusionist heritage.
Gabriel de la Mora is a conceptual artist more than a painter, per se. Each of his projects incorporates constructing images from found, discarded and obsolete objects such as eggshells, shoe soles, speaker screens and feathers from which the Mexican artist creates minimal monochrome-looking surfaces of great technical complexity, conceptual rigor and embedded information. In this current series, de la Mora has gathered flea market landscape paintings that he exposes to the elements and the extreme heat of the sun on Mexico City rooftops. As the pigments degrade, often barely adhering to the canvas, the physical pixelation of craquelure filters our comprehension. We are implicated in the process of recognizing default representational clichés but also the fate of our planet under climate stress.
https://www.uarts.edu/gallery/gracie-devito-gabriel-de-la-mora-merlin-james
Psicotropical
por Marcello Dantas
Morpho didius es una especie de mariposa neotropical, grande, con alas de color azul fuerte por el lado superior y ocelos marcados en el lado inferior. Estas mariposas tienen un código genético muy específico que dibuja su identidad. Sus genes también les indican cómo y a dónde migrar, así definiendo su territorio. Cada mariposa es portadora de una sabiduría tropical, y cada individuo transmite un mensaje a la siguiente generación.
Siempre me ha fascinado la manera en que el proceso de un artista puede develar cosas de las que el artista mismo no se daba cuenta de antemano. Gabriel de la Mora desarrolla sus obras mediante el ensamblaje de pequeños fragmentos de materiales, desde cáscaras de huevos hasta alas de mariposa. Su práctica obsesiva produce superficies novedosas y extraordinarias. Desde un punto de vista remoto, parecería que el acto original se tratara de una mente esquemática que recolecta semejanzas para convertirlas en diferencia. Sin embargo, si vamos más allá de la superficie, dos conceptos se presentan muy claramente. En primer lugar, el acto original se trata de hecho de la fractura que se impone al objeto; por ejemplo, al romper un huevo o un espejo, o al diseccionar una mariposa. La fractura produce el dibujo potencial que el artista buscará por vía de la repetición obsesiva de pretender encontrar la esencia original en el fragmento. Es esta búsqueda de un nuevo todo dentro del fragmento roto y traumatizado lo que hace que su proceso artístico sea tan especial. Los espacios entre las cosas generan la oportunidad de novedad.
Gran parte de los materiales manejados contiene un código genético, como por ejemplo el que hace que muchos géneros de mariposa produzcan ocelos en las superficies de sus alas. Todos los huevos son similares, pero no son idénticos. Sin duda, entonces, un misterio ya es codificado en el material. Inclusive se puede encontrar este aspecto en los minerales, como por ejemplo cuando De la Mora se acerca a la obsidiana, un cristal volcánico que tiene dos aspectos: una de sus superficies negras es mate, la otra es reflejante. Todos estos materiales fueron usados en las culturas ancestrales mesoamericanas, pero invitan una lectura contemporánea que es completamente novedosa. La duda sirve como materia prima al momento de no reconocer los elementos de una obra.
La primera pieza que conocí de Gabriel de la Mora fue un dibujo que había hecho con mechones finos de cabello humano. El cabello evidencia la identidad de una manera excepcional: cifra tanto el ADN de una persona como su estado nutritivo. Sin embargo, aprovecharlo para dibujar me parecía una tarea imposible, algo que sólo una persona con una mente obsesiva podría realizar. Pero De la Mora es más que obsesivo: también es disléxico, capaz de escribir al revés y así producir una imagen en espejo perfecta. En cada repetición, incluso de un acto intencional, sucede algo diferente.
Tengo la costumbre de proponer un desafío a los artistas, a decir que creen una obra que sería relevante a especies no-humanas. Cuando De la Mora nos presenta un campo de ojos, nadie se da cuenta al principio de dónde vienen. La repetición, la diferencia, y los patrones asemejan a la producción de un lenguaje. Si estas obras se volvieran la única evidencia de la existencia humana para un ser extraterrestre, formularían una pregunta: ¿cuál es el código que las informa? ¿Se buscaría una piedra de Rosetta para poder descifrar algún mensaje de su regularidad? Yo me imagino que sí, y que los extraterrestres sí encontrarían algo. Así como un viaje de ácido produce efectos parecidos en las mentes de distintas personas, o el latido rítmico de la música electrónica produce ciertas reacciones hormonales en nuestros cuerpos, los patrones repetidos en la obra de Gabriel de la Mora son capaces de producir cierto tipo de experiencia psicodélica.
Un encuentro puede suceder entre su práctica obsesiva y la coherencia de ser una mariposa, y ahí se ubica el lugar del arte: revelar algo que no se puede abordar de otra manera. Un lenguaje psicotrópico emerge entre el vuelo de una mariposa y la luz de un artista. Sólo hay que aceptar nuestra ignorancia humilde frente a la tarea de descifrarlo, al igual que, cuando escuchamos un idioma desconocido, sin reconocer las palabras, aún podemos entender algo a partir del ritmo, tono, y volumen, y así captamos la esencia subliminal del mensaje. Si aceptamos la experiencia psicotrópica de estas piezas, tal vez no nos haría falta una piedra de Rosetta para comprenderlas.
https://www.proyectosmonclova.com/exhibitions-gallery/psicotropical
https://leaflet.perrotin.com/view/173/lepidoptera
The Lepidoptera Demon
Las mariposas son conocidas por su delicadeza y encanto discreto, cualidades mejoradas a través de la capacidad de pasar desapercibidas: es asombroso lo poco que una persona común nota las mariposas. [1] A pesar de sus alas de colores, cuyos movimientos rápidos y concisos quizás solo nos permitan vislumbrar los elaborados patrones, diseños y combinaciones cromáticas que exhiben algunas especies. Como otros organismos, las mariposas son propensas al mimetismo. Pueden parecerse a una flor, un árbol o parecerse a las hojas caídas en el otoño del norte o en la selva tropical. Su belleza y familiaridad inconfundibles pueden transformar un lugar solitario en un bosque en un sitio para la introspección y el deleite espirituales. No es accidental que los gnósticos representaran al ángel de la muerte como un pie alado que pisa una mariposa. Psique, la diosa griega representada a través de alas de mariposa, impulsó la interpretación del psicoanálisis de los lepidópteros como símbolos de resurgimiento. [2] Las mariposas también habitan en la iconografía mesoamericana, en particular los mexicas de Tenochtitlan, que las consideraban como las almas fugaces de guerreros fallecidos.
Más allá de los dominios de las ciencias naturales y la entomología, la extensa literatura sobre lepidópteros demuestra su atractivo estético y potencia simbólica como los insectos paradójicos con alas que son. Desde la ópera hasta la escultura social, las mariposas inspiraron interpretaciones metafóricas que trascienden el modelo binario de género y sexualidad, así como las polaridades de la vida y la muerte. [3] Martin Johnson Heade representó un tipo Blue Morpho en quizás una de las pinturas más llamativas jamás hechas de una mariposa viva en la que dos de sus alas, exponen una iridiscencia singular, mientras que las otras, ligeramente dobladas hacia la izquierda, fueron representadas en negro como si pertenecen a la otra vida. El fondo muestra un paisaje fantástico que nos lleva a las regiones equinocciales tan aficionadas a los viajeros artísticos del siglo XIX influenciados por Alexander von Humboldt. [4] Pero, como observó Vladimir Nabokov, las personas pasan desapercibidas a las mariposas. Nabokov, que sufrió una neumonía severa a una edad muy temprana, perdió su “monstruoso don de los números que me había convertido en un niño prodigio durante unos meses (hoy no puedo multiplicar 13 por 17 sin lápiz y papel; puedo sumarlos aunque, en un santiamén, los dientes de los tres encajaron perfectamente); pero las mariposas sobrevivieron (…) ”Según el escritor, un año después“ obtuvo el control absoluto sobre los lepidópteros europeos como los conoce Hoffmann ”[5].
Curiosamente, el artista Gabriel de la Mora mostró una disposición inusual para jugar con el lenguaje a una edad muy temprana. Comparable al don de los números de Nabokov y su habilidad para resolver complicadas operaciones matemáticas, que el escritor ruso-estadounidense caracterizó más bien como “un demonio”, de la Mora puede leer directamente una oración al revés y desorganizar una palabra para componer un acertijo instantáneo. La dislexia lo impulsó a percibir las palabras como imágenes, fragmentos en dimensiones magnificadas: “cuando no entiendes la información que tienes enfrente o que escuchas, inmediatamente se traducen en imágenes, en fragmentos, en ruido, en sonidos y en un sinfín de cosas que no tienen nada que ver con la realidad de los contenidos o las cosas (…) Veo las letras y los números de una forma diferente, me fascinan ambos y siempre he visto las letras, los números, las palabras y las matemáticas de una forma diferente. ” [6]
Los primeros trabajos de De la Mora después de graduarse del Instituto Pratt estaban bajo el hechizo del lenguaje como un problema a resolver a través de formas visuales y objetos de transición. Más recientemente, dedicó su investigación artística a renovar el lenguaje de la abstracción modernista utilizando elementos corporales como el cabello humano para sus dibujos no representativos de Capilares, y estanterías de huevos, plumas y alas de mariposa para componer pinturas geométricas, monocromáticas o de bordes duros. . [7]
La nueva serie Lepidoptera de Gabriel de la Mora, compuesta por treinta y tres obras formadas por ocho especies diferentes de mariposas, parecen completar un ciclo de diferencia en el que el artista fusionó lecciones modernistas de Joseph Albers con su propia propensión a aislar fragmentos como elementos compositivos de transformación. imágenes en un discurso garabateado. Si las mitologías mexicas agregaron una capa cultural al esfuerzo formal de De la Mora de llevar la opalescencia de las mariposas a la pintura abstracta, su belleza inadvertida atrajo como un lenguaje en el que el color siempre oculta la naturaleza del elemento que se ve. El mimetismo es su “demonio” o, para decirlo con palabras de Roger Caillois: “no es la presencia de los elementos lo que desconcierta y decide, es su organización mutua, su topografía recíproca” [8].
Gabriela Rangel
Escritora y curadora independiente con sede en Brooklyn.
[1] Vladimir Nabokov, Speak, Memory. An Autobiography Revisited. Vintage International, New York, 1989
[2] J.E Cirlot, Diccionario de símbolos. Editorial Siruela, Madrid, 2011. p. 306-307
[3] It’s been stated that the Parangoles (wearable paintings) by Brazilian artist Hélio Oiticica were influenced by his collaboration as a research assistant to his father’s work as a distinguished entomologist. The young Oiticica classified specimens and performed other tasks.
[4] Blue Morpho Butterfly (1863-64), Christal Bridges Museum Collection.
[5] Op. Cit. 123
[6] Interview with the author. August 2021.
[7] De la Mora began using human hair in figurative drawings made in 2005. The works created a narrative with children. See: Sergio Rodríguez Blanco, Alegorías Capilares. Trilce Ediciones Universidad Autónoma de Nuevo León, Instituto de Bellas Artes, Monterrey, México. 2011.
[8] Caillois, Roger, and John Shepley. “Mimicry and Legendary Psychasthenia.” October 31 (1984): 17–32. https://doi.org/10.2307/778354.
https://www.perrotin.com/exhibitions/gabriel_de_la_mora_-lepidoptera/7625
Yo dibujo estas letras
como el día dibuja sus imágenes
y sopla sobre ellas y no vuelve
Escritura, Octavio Paz
El poeta es un creador que desaparece detrás de su obra, dice Octavio Paz, esta condición es necesaria para que sea el lector quien complete el poema, pues las imágenes solo pueden interpretarse libremente cuando se han separado de su autor. Paz piensa con Heráclito que es el logos mismo que se manifiesta en el poema y a través de su materia no se expresa la subjetividad individual del autor, sino la voz de toda la humanidad. De manera análoga, en las obras que componen la serie El sentido de la posibilidad, de Gabriel de la Mora, el artista cede su lugar a la naturaleza que actúa, literalmente, sobre los lienzos.
Estas obras fueron concebidas como una respuesta al deterioro ambiental provocado por nuestras actividades industriales y extractivas. Durante una visita a Monterrey, en septiembre de 2015, De la Mora documentó la desaparición paulatina del cerro de las Mitras, donde se encuentran yacimientos de materias primas para la fabricación de cemento. La serie está compuesta de paisajes y marinas adquiridas en mercados de pulgas y antigüedades –piezas decorativas, de autores olvidados o desconocidos, quizá resultado de cadenas de producción casi industriales–, que fueron expuestas a la intemperie por distintos periodos de tiempo.
El proceso invierte el sentido de la pintura al aire libre: esa figura idílica del pintor en el campo que la cultura popular tiende a considerar como el intento máximo para capturar la esencia del paisaje. Aquí la naturaleza se impone sobre las piezas: el viento, el sol, la humedad, el granizo y los cambios de temperatura actúan sobre ellas para transformarlas. Han dejado de ser una representación del paisaje para convertirse en un indicio de la presencia de la naturaleza y sus efectos. En ellas se manifiesta la tensión entre la práctica de la pintura con su pretensión de eternidad –la imagen que fija el instante para detener el tiempo, la técnica que ha desarrollado los materiales que tratan de evitar la decadencia del objeto pictórico– y el deterioro causado por el transcurso del tiempo, una erosión lenta, casi imperceptible que nuevamente ha sido pausada y estabilizada.
La imagen pictórica es un instante cargado de subjetividad que De la Mora convierte en un dispositivo al servicio de la memoria, entendida, según el filósofo Manuel Cruz1, como una mirada humana sobre el mundo, como un instrumento para ver la realidad de otra manera. Sin embargo, el procedimiento que ha usado el artista produce un doble negativo, cada una de estas piezas es la representación de un paisaje que ya no está, y a la vez es una representación que desaparece: es el recuerdo borrado de una ausencia señalándonos que la memoria está siempre al borde del olvido.
Inauguración: 8 julio 2021 – 20:00 hrs
https://es-la.facebook.com/museogoitia/
Curador: Abraham Villavicencio.
http://www.munal.mx/en/exposicion/originalmentefalso
http://www.munal.mx/
Timothy Taylor se complace en presentar Neornithes, un nuevo cuerpo de trabajo de Gabriel de la Mora. Refiriéndose a la descripción taxonómica de las aves modernas, Neornithes representa la culminación de las investigaciones de De la Mora sobre el papel del material biológico como medio y metáfora.
https://www.timothytaylor.com/exhibitions/gabriel-de-la-mora-neornithes/
https://www.perrotin.com/exhibitions/gabriel_de_la_mora_-echo/7867
https://www.perrotin.com/
La exposición de Gabriel de la Mora (Ciudad de México, 1968) y Sofie Muller (Ghent, 1974) explora el paso del tiempo y su repercusión en la naturaleza y los seres humanos. La muestra se configura como un diálogo entre las esculturas de Muller y las pinturas de Gabriel De la Mora, donde los conceptos de deconstrucción y decadencia conviven. Gabriel de la Mora presenta una serie de paisajes encontrados que fueron hechos con óleo o acrílico entre 1950 y 1990 en México. De la Mora expone estas pinturas a la intemperie durante cierto periodo de tiempo para que el sol, los cambios de temperatura, la lluvia ácida y demás fenómenos climáticos transformen o desaparezcan —parcial o completamente— el paisaje original que representaban. Con este proceso en el que el tiempo y la naturaleza adquieren un papel importante, de la Mora hace una analogía al daño causado por el hombre sobre el paisaje; a este propósito menciona: “así como el hombre destruye la naturaleza, la naturaleza destruirá la representación de la naturaleza hecha por el hombre y la regresará a la naturaleza”. El título de cada pieza indica los días en que fueron expuestos estos cuadros que representaban principalmente montañas o vistas en las que aparecían lagos, ríos y océanos, espacios que sufren los efectos del cambio climático y la contaminación provocada en su mayoría por el ser humano. Sofie Muller, por su parte, presenta piezas realizadas con alabastro —cabezas heridas, resquebrajadas y con cicatrices— que reflejan la deterioración del cuerpo humano con el paso del tiempo como consecuencia de una vida definida por la lucha, la manipulación, la experiencia personal y las heridas. Estas piezas que son frágiles, poéticas y brutales al mismo tiempo se colocan sobre el piso, recostadas suavemente sobre una almohada desgastada o suspendidas en las paredes. Las esculturas apelan al estudio realizado por la artista sobre la manipulación del cuerpo humano y el concepto de “humano manejable”; además, Muller expone una serie de dibujos hechos con sangre sobre alabastro que apelan a la fragilidad del cuerpo humano mediante el uso de materiales naturales y orgánicos. El resultado global está determinado por la edad del material utilizado.
http://proyectosmonclova.com/exposicion/pentimento/
http://proyectosmonclova.com/
A partir del 25 de abril tienes una nueva cita con el arte contemporáneo mexicano en Casa de México. Inauguramos la exposición Inevidencias, de Gabriel de la Mora.
Esta exhibición reúne trabajos provenientes de tres series diferentes del artista mexicano Gabriel de la Mora. Al ser consecuencia la una de la otra, dichas series permiten observar el desenvolvimiento de la obra de un artista que ha buscado explorar la pintura, el dibujo y la escultura desde una subversión radical de las bases y procedimientos de estas disciplinas.
Al mismo tiempo, la exhibición permite acercarse y conocer los procesos de trabajo que el artista realiza en su estudio de la Ciudad de México, caracterizados por una exploración meticulosa y obsesiva de las posibilidades infinitas que permiten las iteraciones y repeticiones.
https://www.casademexico.es/detalle-evento/5cac9cb441570e76f00fb467
Perrotin New York se enorgullece de presentar la primera exposición de Gabriel de la Mora con la galería. Los métodos y materiales únicos de la Los usos de Mora (plumas, cascarón de huevo y cabello humano, en este caso) provienen de la decisión del artista de “dejar de pintar” en 2004. El resultado ha sido una exploración de modos alternativos de creación de imágenes, en los que aparentemente son mínimos y a menudo de aspecto monocromático Las superficies creen una gran complejidad técnica, rigor conceptual e información incorporada.
https://www.perrotin.com/exhibitions/gabriel_de_la_mora_-tntr-aa/6618
www.perrotin.com
Esta exposición es organizada por la Pinacoteca de la Universidad de Colima para mostrar las obras de Gabriel de la Mora que forman parte de la Colección de la Universidad de Colima y la Secretaría de Cultura del Estado de Colima.
Ya esta disponible en la galería PROYECTOSMONCLOVA el libro de la exposición Entropías, una edición bilingüe de 160 paginas con el texto “Constelaciones secretas: Huella, Error, Transformación” de Eliza Mizrahi Balas.
Tiene un costo de recuperación de $300.00 pesos.
It is available at PROYECTOSMONCLOVA gallery the book of the exhibition Entropías, a bilingual edition of 160 pages with the text “Secrets Constalations: Trace, Error, Transformation” by Eliza Mizrahi Balas.
The recuperation price is $300.00 pesos
Gabriel de la Mora: Crystals of Inevidence / Cristales de Inevidencia
September 7 – October 19, 2017
Sicardi Gallery